sábado, 23 de mayo de 2009

Árbol Sabio

En un momento
mis ojos cerré.
Sin movere
mil años y uno más
pasaron,
desperté.

Cuanta agua
corrio,
cuanta arena
se formo.
Sin juzgar
el aire claro
me arruyó.

En los arboles,
nuestra piel
se seco.
Sin razón,
más bella
creció.
Y gritando
en sielncio
nos conto:

"En un suspiro
mil respiros
dio,
aquello que
no acaba
porque nunca empezó."

Escuchando la hojarasca
la nueva
estrella nació;
por otro instante
el sueño regreso,
y por mil años y uno más
nuestra vida continuo...

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