sábado, 20 de febrero de 2010

cueva de hielo

Te presto mi cueva de hielo para cuando tengas malos sueños. Aquí el tiempo se puede detener para cuando necesites pensar. Del frío no te preocupes, tengo una fogata de sabanas y edredones que calienta bastante bien. Cuando hace más frío por alguna corriente del aire indiferente de la ciudad, basta con echarle una colcha o una almohada extra, con eso la lumbre revive. Si gustas, hasta podemos cocinar.En verdad que es un buen fuego, lleno de pasiones pero vivo de amor. En tan solo instantes transforma lo crudo en un deleite. Solo necesitamos un bouquet garni, unas verduras de mi tarea, una oda al pan -este se calienta con tu voz-, y por ultimo, para hacer un platillo inmortal, lo montamos sobre una cámara -lo aprendí de mi gran maestro de fotografía creativa- y lo decoramos con los Cientos de colores que hacen sentir tus fotografías. El platillo más hermoso, la gama es infinita. Esta vida es un verdadero placer comiendo junto a ti.
Para el piso de nieve, tengo un secreto, con un abrazo, cierras bien los ojos y ¡adiós gravedad! Es posible volar en los brazos de quienes amas.
Así que ya sabes, cuando necesites refugio de los gritos, de la gente que no saluda, de la mala obra de los títeres de la ciudad; aquí tienes mi cueva de hielo que con sus paredes y mis brazos siempre te vamos a cuidar.

TE AMO.

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